Directora general de Gas Natural Distribución

“El gas natural es una energía limpia que reduce en un 30% las emisiones de CO2

LA EXTENSA RED DE GAS NATURAL DISTRIBUCIÓN PERMITE QUE LAS COMERCIALIZADORAS PUEDAN HACER LLEGAR A LOS CONSUMIDORES FINALES EL GAS EN LAS CONDICIONES MÁS ADECUADAS.

Dña. Nuria Rodríguez --

Gas Natural Distribución es líder en distribución de gas natural en España. ¿A cuántos puntos de suministro dan servicio? ¿Siguen ampliando la red y gasificando a nuevas poblaciones?


Gas Natural Distribución, filial de Gas Natural Fenosa, es el principal grupo de distribución de gas natural de España. Actualmente, contamos con más de 5,3 millones de puntos de suministro en los sectores doméstico, industrial y terciario; y superamos los 53.000 kilómetros de red de distribución en más de 1.200 municipios de las 11 comunidades autónomas en las que operamos.

La situación del mercado del gas en España difiere de la de los países de nuestro entorno con los que nos tenemos que comparar. Mientras que la penetración del gas natural alcanza niveles del 95% en los Países Bajos, el 82% en Italia o el 81% en Reino Unido, en España sólo el 30% del país (7,7 millones de clientes) tiene acceso a esta fuente de energía. Es decir, que nos queda mucho recorrido y continuaremos con nuestro plan de expansión y desarrollo de infraestructuras para llevar esta fuente de energía a más zonas de nuestro país.

Además, en España tenemos una situación privilegiada, con una sólida y amplia infraestructura gasista básica, elevada capacidad de regasificación con siete plantas regasificadoras y diversidad de suministro de ocho orígenes distintos; lo que permite que el mercado y la demanda del gas natural siga creciendo. Por ello, Gas Natural Distribución seguirá desempeñando un papel muy activo como distribuidor, realizando campañas de captación de nuevos puntos de suministro y  cumpliendo los criterios de igualdad y transparencia con todos los participantes en el mercado.

Su actividad genera empleo estable. ¿Con cuántas empresas instaladoras colabora Gas Natural Distribución en la actualidad?



Actualmente, más de 2.000 empresas colaboradoras se han adherido a la oferta pública de la compañía. En las zonas donde operamos, la distribución del gas es un agente dinamizador de empresas instaladoras locales, ya que nuestra oferta pública se realiza bajo criterios no discriminatorios y se dirige a todas las compañías, independientemente de su volumen de facturación o ámbito de actuación.

Además, desde Gas Natural Distribución hemos firmado acuerdos de colaboración con los principales gremios/asociaciones de instaladores, tanto a nivel nacional (como CONAIF o CNI) como a nivel regional o local (AGREMIA en la Comunidad de Madrid o ASEIF en la Comunidad Valenciana, por ejemplo). Hay que destacar que la actividad de distribución de gas es un factor clave para la competitividad industrial, así como para la dinamización económica. El sector gasista, que representa actualmente un 0,5% del PIB en España, genera cerca de 150.000 puestos de trabajo en toda su cadena de valor, desde el transporte y distribución hasta la prestación de servicios a clientes finales.

Además, tras la ratificación del Acuerdo de París, el gas se posiciona en un lugar relevante para la lucha contra el cambio climático.



Efectivamente, el gas natural es una energía limpia que contribuye a la lucha contra el cambio climático, ya que reduce en un 30% las emisiones de dióxido de carbono (CO2), principal causante del efecto invernadero, y es el combustible convencional, entre todos los combustibles, con la menor emisión de los contaminantes locales que ensucian el aire en las ciudades y pueblos. Por su contribución a la creación de territorios sostenibles, la Agencia Internacional de la Energía ha calificado al gas natural como la mejor energía puente entre la sociedad de los combustibles líquidos del siglo XX a la sociedad de las energías renovables de la segunda mitad del siglo XXI.

Es obvia la preocupación que hay respecto al cambio climático y que tenemos que combatir, tanto las administraciones públicas como las empresas y los ciudadanos. La realidad es que la temperatura global media en la superficie terrestre ha aumentado 0,74 ºC en los últimos 100 años; y los últimos estudios, publicados por la revista Nature Climate Change, empeoran las previsiones e indican que la temperatura global media a final de siglo aumentará, de media, 3,2 ºC, superando el límite de los dos grados marcado por el Acuerdo de París.

Ante este escenario, es muy importante contar con un mix energético equilibrado donde el gas natural sea una herramienta clave para complementar a las renovables en la lucha contra el cambio climático. Las energías renovables dependen de la climatología para abastecer el consumo eléctrico, por lo que es necesario contar también con fuentes de generación capaces de garantizar la seguridad del suministro en cualquier momento. Aquí es donde juegan un papel fundamental los ciclos combinados y el gas natural, ya que son capaces de asegurar este abastecimiento de energía y garantizar la estabilidad del sistema eléctrico. A su vez, es una tecnología limpia, ya que aumentar la generación a gas disminuiría las emisiones hasta en un 66%. Este importante rol se puso de manifiesto el pasado verano, cuando los ciclos combinados fueron la principal fuente de generación eléctrica durante cinco días consecutivos debido a la ola de calor, con menor lluvia y viento, que sufrimos en el país.

Además, según el informe realizado por KPMG y Sedigas sobre el “Rol del gas en una economía baja en carbono”, una participación del 33% del gas natural en el mix energético contribuiría a reducir en un 4% los gases de efecto invernadero, mejoraría la eficiencia energética en un 22% y supondría un ahorro anual de 223 millones de euros en el sector residencial y terciario.

En los últimos meses se está empezando a hablar del gas renovable. ¿Qué es exactamente, qué aplicaciones tiene y realmente es renovable?



De los residuos que los ciudadanos producen y separan en sus casas y que terminan en vertederos o aguas residuales, se puede obtener un biogás que, debidamente tratado, puede utilizarse como combustible o inyectarse a la red de gas natural. Este gas renovable (biometano) se puede utilizar como combustible para automoción (gas natural comprimido, GNC), sustituyendo a combustibles fósiles tradicionales como el carbón o el diésel, o inyectarse a la red de distribución.

Además, este biometano, que es equivalente al gas natural, se considera neutro en emisiones de CO2, por lo que contribuye a los objetivos climáticos europeos sobre reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Y, además, mejora la calidad del aire en las ciudades al reducir la emisión de partículas y óxidos de nitrógeno, y optimiza la gestión medioambiental de los residuos urbanos.

Según un informe realizado por la Comisión Europea, España tiene un alto potencial de producción de biogás: 20.000 GWh anuales para el año 2020, cantidad equivalente al 6,5% del consumo de gas del país. Y, teniendo en cuenta que aproximadamente el 66% del consumo de gas natural en la Unión Europea se importa de terceros países, este gas renovable, que es una producción local, puede contribuir a la seguridad de suministro y la independencia energética de la UE.

Este gas renovable ya es una realidad reconocida en Europa, donde en 2014 había cerca de 400 instalaciones de producción de biometano que inyectaban el gas renovable en redes de transporte o para uso como combustible de automoción. En España, la situación es bien distinta: sólo hay una planta de producción de biometano e inyección en la red de gas, que está en el Parque Tecnológico de Valdemingómez, en Madrid.

Nuestra compañía está apostando e invirtiendo en el desarrollo del gas renovable porque, además de contribuir a conseguir los objetivos de 2030, también genera beneficios para la economía circular del país.

Por otra parte, el gas natural también se aplica a los vehículos. ¿Qué beneficios implica, tanto económicos como medioambientales?



El transporte por carretera causa entre un 65 y un 70% de la contaminación urbana. Un problema que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) causa unas 29.000 muertes prematuras al año en España y en torno a 400.000 en la Unión Europea; a las que hay que sumar varios millones de personas que padecen enfermedades respiratorias y cardiovasculares provocadas por la contaminación.

En este escenario, el gas natural vehicular (GNV) contribuye a mejorar la calidad del aire en las ciudades, ya que no emite NO2 y reduce en un 96% las partículas sólidas que ensucian el aire. Además, evitó el consumo anual de más de 142.000 toneladas de diésel en España durante 2016.

Desde el punto de vista económico, las ventajas son evidentes porque hablamos de ahorros en combustible de entre el 30 y el 50%. Con el mismo dinero, 20 euros, podemos recorrer 385 kilómetros con gasolina, 495 con diésel y 695 kilómetros con gas natural.

Los vehículos con GNV tienen la etiqueta ECO de la DGT, con lo que cuentan con múltiples ventajas, como la exención de pago del Impuesto de Matriculación. Además, pueden circular por el centro de la ciudad en episodios de alta contaminación en Madrid o circular por el carril bus VAO y pagar un 30% menos en peajes dependientes de la Generalidad de Cataluña, entre otras ventajas con las que cuentan por todo el país.

En cuanto a vehículos, el GNV cuenta con una amplia oferta de turismos y una importante presencia en el sector del transporte municipal, interurbano y servicios municipales de recogida de basura. De hecho, por las calles de La Coruña, Burgos, Madrid, Murcia, Sevilla o Vitoria, entre otras muchas ciudades españolas, circulan más de 1.800 autobuses y 1.500 camiones de basura. Además, es el único de todos los combustibles alternativos que dispone de soluciones desarrolladas y operativas para los servicios de larga distancia (transporte internacional).

El GNV es un combustible ampliamente utilizado a nivel mundial, con más de 23 millones de vehículos y más de 28.500 estaciones de recarga según NGV Global. En Europa, Italia, con más de 1.000.000 de vehículos y casi 1.200 gasineras, ocupa una posición destacada. En España, su utilización todavía es reducida, aunque en los últimos años está experimentando un fuerte crecimiento: en 2016 circulaban más de 6.100 vehículos, un 133% más que el año anterior, y había 46 gasineras de acceso público de GNV, a las que hay que sumar un número similar de estaciones privadas.

Quiero destacar que la Comisión Europea ha aprobado financiar con 10 millones de euros el desarrollo del proyecto europeo ECOGATE, que lidera Gas Natural Madrid, y que promueve el desarrollo de la movilidad con GNC y GNL en Europa con la instalación de más de 20 gasineras en cuatro países. España recibirá financiación para desarrollar gasineras en Barcelona, Burgos, Madrid, Murcia, Salamanca, Irún, Tordesillas, La Junquera, Córdoba y Cartagena, entre otras ciudades. Además, la Unión Europea también está promocionando el uso del GNV (Directiva 2014/94/UE) y, para su trasposición en España, el MINETAD prevé la construcción de 130 estaciones adicionales para 2020-2025.

Y desempeña un importante papel en la competitividad industrial. ¿En qué sectores es más destacado su consumo?



El gas natural contribuye a hacer más eficientes los procesos productivos de las industrias y comercios. Nadie concibe ya actividades comerciales sin el uso de esta energía, ya que la infraestructura de gas natural es un claro vector de crecimiento e impulsor de empleo en aquellos lugares en los que está presente; por lo que, cada vez más, las empresas buscan un emplazamiento con suministro de gas para instalarse. Sectores como la hostelería, agroalimentario, constructoras y promotoras, azulejeras o talleres de chapa y pintura, entre otros, cuentan con esta energía para sus procesos  productivos.

Es una fuente de energía con precio estable en el tiempo y representa una clara ventaja de competitividad derivada del ahorro económico que conlleva su utilización, ya que su coste unitario es el menor de las energías, representando ahorros del 25 al 35% sobre el propano y el gasóleo-e, y de más del 50% sobre la energía eléctrica. Además, las tecnologías asociadas al gas natural tienen una alta eficiencia, lo que reduce su intensidad energética y su coste económico, y reduce el impacto de la industria en el medio ambiente.

Una de las características de esta energía es su versatilidad, pues puede emplearse en cualquier proceso de generación de calor o frío, y además permite múltiples coberturas con un solo suministro: cogeneración (electricidad y calor), cocción, agua caliente sanitaria (aseos y servicios de agua), calefacción grandes espacios (incluidos invernaderos), refrigeración, vapor (lavandería y plancha), etc…

Por otra parte, ¿qué ventajas presenta el gas natural para el sector residencial?



El gas natural es la energía ideal para las viviendas, por su eficiencia, limpieza y competitividad.

Una de las principales características de esta energía es su versatilidad, ya que puede producir tanto frío como calor. Además, al contrario que otras energías -como el carbón, el gasóleo o la biomasa-, el gas natural es una energía de suministro canalizado continuo, por lo que mejora la comodidad en las viviendas al no necesitar de almacenamiento y asegura que no te quedes sin energía a mitad de una ducha o al preparar la comida.

Y también contribuye a reducir el aire contaminado que respiramos en las ciudades. Por ejemplo, las emisiones contaminantes locales que generan las calderas de biomasa, al menos, triplican las del gas natural; también producen cenizas, que deben ser gestionadas como residuo, y su transporte por carretera produce contaminación acústica y ensucia el aire.

De hecho, ya hay muchas ciudades que limitan el uso de las calderas de biomasa o carbón en las ciudades, como el Ayuntamiento de Madrid, que controla el uso de la biomasa, fomenta la sustitución de combustibles contaminantes por calefacción con gas natural y eliminará el uso del carbón en el año 2020.

A esto hay que sumar las ventajas económicas. El gas natural es la energía con la evolución de precios más estable de todos los combustibles tradicionales, lo que, unido a que la inversión inicial que hay que hacer para instalar una caldera de gas natural es entre un 30 y un 50% inferior a la de biomasa, hace que el periodo de retorno de las inversiones iniciales sea más corto.

Para finalizar, además de su cargo en Gas Natural Distribución, ocupa una de las vicepresidencias de SEDIGAS. ¿Qué papel ocupa el sector gasista español a nivel europeo y mundial?



El sector gasista español, a través de Sedigas, juega un papel muy activo a nivel europeo para conseguir que en las directivas europeas se reconozca la importancia del binomio gas natural-energías renovables y el papel que esta energía va a tener en el proceso de la transición energética.

A nivel internacional, el sector gasista español tiene una presencia relevante a través de la secretaría general de la Unión Internacional del Gas (IGU), que Gas Natural Fenosa y Sedigas asumieron en 2016.

La IGU es la portavoz global de la industria del gas en todo el mundo, cuenta con 152 miembros en 91 países y representa el 95% del mercado mundial de esta energía.

A nivel más individual, Gas Natural Distribución forma parte de la coalición Gas Distributors 4 Sustainability (GD4S), que representa a los actores más importantes del sector de la distribución de gas en Europa, que dan servicio a unos 25 millones de clientes y representan, aproximadamente, el 20% de los consumidores europeos de gas natural.