Presidenta de aelec


“aelec ha desarrollado una gran actividad con el objetivo de impulsar la electrificación como vector energético en el proceso de transición energética”



LA ASOCIACIÓN ABOGA POR DISPONER DE UN MARCO REGULATORIO ESTABLE Y PREDECIBLE PARA ASEGURAR QUE SE LLEVEN A CABO LAS INVERSIONES NECESARIAS PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL SECTOR ELÉCTRICO Y, DE ESTE MODO, LA TRANSICIÓN SE REALICE AL MENOR COSTE PARA LA SOCIEDAD.


Dña. Marina Serrano --

Presidenta de aelec desde hace dos años, la Asociación ha llevado a cabo un plan de renovación integral. ¿Qué balance hace de este periodo?

Desde mi llegada a la Asociación en otoño de 2017, ésta ha experimentado una transformación más profunda que un mero cambio de nombre e imagen. A finales de ese año se aprobaron los nuevos estatutos que replantean la misión y los objetivos de una organización que este año ha cumplido 75 años. Durante 2018 nuestro proyecto cobró forma y 2019 ha sido el año de su consolidación.

Tras este cambio, aelec centra su actividad en la difusión,divulgación y promoción de los aspectos técnicos y regulados de las actividades eléctricas, en particular de la distribución, y trabaja para posicionarse como un actor clave que ayude a desarrollar una adecuada transición energética en España.

Durante los últimos doce meses, desde su cambio de nombre, aelec ha desarrollado una gran actividad con el objetivo de impulsar la electrificación como vector energético en el proceso de transición energética. Así, ha firmado varios convenios (como la firma del “Pacto por una Economía Circular” con el Ministerio para la Transición Ecológica, la adhesión a la Declaración para la Alianza sobre Movilidad Eléctrica o el convenio de colaboración con AEDIVE). Además, se ha unido a otras asociaciones del sector(como la Plataforma X Aire Limpio y el Foro para la Electrificación).

También ha organizado durante este año diversos eventos y jornadas (entre los que destaca el I Congreso aelec, celebrado el pasado mes de junio bajo el lema “Electrificación y redes: binomio para la transición energética” o las diversas jornadas divulgativas desarrolladas con temáticas como el autoconsumo o los contadores inteligentes).

A su vez, mantiene una intensa actividad en la defensa delos intereses de sus asociados en la regulación del sector, que este año ha venido marcada, en gran medida, por las nuevas propuestas de circulares desarrolladas por la CNMC.

Esta nueva etapa está marcada por la transición energética hacia un sistema descarbonizado. De hecho, fue el tema central del I Congreso de la Asociación.

Efectivamente, éste es uno de los retos a los que se enfrenta el sector a futuro.

Estamos firmemente convencidos de que la descarbonización de la economía sólo es posible a través de la electrificación, puesto que e lsector eléctrico es el único que ha podido incorporar energías renovables deforma masiva para reducir emisiones.

Por supuesto, lograr alcanzar los objetivos propuestos tras el Acuerdo de París exige una transición en la que debemos apostar por la electrificación como el vector energético del futuro y que los cambios que son necesarios se realicen al menor coste posible.

¿Cuáles son los retos más relevantes y las nuevas directrices?

La descarbonización es el principal reto que afrontamos si queremos alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, al que nos hemos comprometido como país y que la Unión Europea quiere liderar.

A partir de aquí, el proceso de transición debe fomentar nuevos usos eléctricos basados en tecnologías que no emiten gases de efecto invernadero. Esto no sólo afecta a la actividad de generación eléctrica, que ya está comprometida a ser neutra en emisiones antes de 2050, sino al resto de segmentos de la economía que consumen energía de manera intensa. Hablamos principalmente del sector del transporte, la industria y los edificios.

Sin la contribución de estos sectores a la reducción de emisiones no será posible alcanzar los objetivos que nos estamos fijando desde ahora para 2030 y 2050. Por tanto, la mejor forma de asegurar el cumplimiento de nuestros compromisos es fomentar medidas que aseguren en estos sectores un consumo energético eléctrico intensivo. De manera que hay que facilitar los cambios que se precisan para avanzar hacia una movilidad y una edificación mucho más sostenibles, basadas en la electricidad y una industria que incorpore cada vez más soluciones eléctricas en sus procesos.

Para ello, hace falta diseñar políticas que permitan visualizar y viabilizar estos cambios, porque la electricidad en 2050 debe duplicar o incluso triplicar su peso en el consumo energético con respecto a su situación actual.

Para ayudar en todo este proceso, habrá que impulsar un adecuado marco regulatorio.

Sin duda. Un marco regulatorio estable y predecible es el principal instrumento valedor de los cambios que precisa nuestra sociedad. No debemos olvidar que una parte importante de las transformaciones que tenemos que afrontar para hacer el futuro más eléctrico exige notables inversiones.Hablamos de la incorporación masiva de nuevas renovables, pero también de la necesidad de digitalizar la red eléctrica para hacerla más inteligente y que,de esta forma, sean los consumidores los que a través de sus decisiones de consumo e inversión posibiliten y aceleren la transición energética.

Sin un marco normativo que permita a las empresas anticipar estas necesidades de inversión con la claridad suficiente, se ponen inmediatamente en peligro los objetivos fijados.

Uno de los principales propósitos de aelec es la distribución eléctrica. ¿Qué objetivos tiene dentro de este nuevo modelo energético?

Como comentaba anteriormente, las redes de distribución eléctrica están llamadas a jugar un papel esencial en la transición energética. Las redes, y especialmente las de baja tensión que son las que están mayoritariamente conectadas a los consumidores y que incorporarán una parte importante de las tecnologías renovables de generación, actúan como un facilitador neutral dentro del sector eléctrico.

Esto significa que las redes son el elemento que permite el intercambio de energía entre productores y consumidores y, sin ellas, cada consumidor se vería obligado a producir su propia electricidad, lo que resultaría ineficiente, tanto para los ciudadanos como para la sociedad.

Sin embargo, a partir de ahora la complejidad del sistema eléctrico va a aumentar notablemente porque los consumidores no sólo pueden consumir,sino que tienen derecho a generar electricidad para su propio consumo,almacenamiento o venta. Todo ello, en un entorno mucho más descentralizado a consecuencia de la aparición de la movilidad eléctrica (y las posibilidades de almacenamiento de sus millones de baterías), la generación distribuida o el autoconsumo.

Por tanto, estamos asistiendo a un cambio de paradigma en el funcionamiento del sector eléctrico.

Para poder acoger este nuevo escenario eléctrico, es necesario realizar cuantiosas inversiones. El Plan Nacional Integral de Energía y Clima (PNIEC) así lo reconoce, como también lo hace la Unión Europea en sus previsiones. Por lo que, en estos momentos en los que se está debatiendo el marco regulatorio para la actividad de distribución durante los próximos seis años, asegurar un marco inversor adecuado, con una retribución razonable, es un elemento esencial para poder realizar los objetivos ya fijados en la transición energética a 2030.

La propuesta de circular del regulador, la CNMC, sobre retribución de la distribución es una pieza clave para fijar unas condiciones adecuadas que favorezcan un entorno inversor adecuado en los próximos seis años en aspectos clave como, por ejemplo, la digitalización de la red.

Por otra parte, y fruto del compromiso de aelec con la prevención de riesgos, este año tiene lugar el V Congreso Nacional de Prevención, Seguridad y Salud en el Trabajo, co-organizado con ADEMI, AGA y SEDIGAS. A pesar de ser sectores con gran peligrosidad, ¿van reduciéndose los índices de siniestralidad?

Anualmente, la Asociación elabora un informe en el que se recoge, de forma homogénea, la información sobre la accidentabilidad de los trabajadores de sus empresas miembros. Para ello utiliza los modelos publicados por el Ministerio de Trabajo para la declaración de accidentes de forma electrónica. En particular, la siniestralidad laboral se mide a través de los siguientes índices: Índice de Incidencia -número de accidentes con baja por cada mil trabajadores-, Índice de Frecuencia -número de accidentes con baja por cada millón de horas trabajadas- e Índice de Gravedad -número de jornadas perdidas por accidentes con baja, por cada mil horas trabajadas-.

Centrándonos en la pregunta relativa a la evolución de la siniestralidad, con carácter general, puede decirse que la siniestralidad del sector eléctrico ha descendido notablemente en la última década, descenso que se aprecia particularmente respecto de las empresas miembros de aelec y respecto al personal propio de las compañías.

Si tomamos en consideración las cifras de 2011, y las comparamos con las del ejercicio de 2018, el número de accidentes laborales con baja se ha reducido considerablemente; de 162 a 54, de los cuales sólo 3 han sido accidentes eléctricos. En cuanto a las jornadas perdidas, en 2011 fueron 8.024 mientras que en 2018 se redujeron a 3.754. Estas cifras han supuesto un descenso importante de los valores que determinan la siniestralidad laboral: el Índice de Incidencia ha descendido de 4,72% en 2011 a 2,09% en 2018, el de Frecuencia ha pasado de 2,92% en 2011 a 1,18% en 2018 y, finalmente, el Índice de Gravedad se ha reducido de un 0,14% en 2011 a 0,08% en 2018.

Todo ello demuestra el importante esfuerzo que desde las empresas de aelec se está realizando en esta materia.